sábado, 12 de noviembre de 2016

Mi primera vez: el Trail de Lozoyuela

Hace un año, cuando mis problemas con la cintilla y yo tibial parecía que habían terminado, me propuse hacer un trail en el mes de junio. Me estuve preparando, pero llegado el momento la carrera se movió de fecha y se retrasó casi cinco meses.


Al acabar el verano, ya anunciaron la fecha para el trail de Lozoyuela: sería el 6 de noviembre







El problema es que yo ya no estaba tan en forma como en junio y sobre todo es que mi manera de plantearme el hecho de correr ha ido evolucionando en estos meses por lo que tampoco iba a estar mucho mejor de lo que estaba en ese momento.

Además en el Maratón de Telva me había salido un dolor de rodillas que posteriormente se reprodujo un día en el entreno de carrera progresivo. Si algo he aprendido en estos casi tres años que llevo corriendo es que no quiero sufrir más por lesiones. De verdad que eso se acabó.

Adoro correr, me hace muy feliz, de hecho mañana voy a un entrenamiento con un grupo solo de pensarlo siento esa alegría infantil que me encanta de este deporte, pero no quiero sufrir más, no.

Así es que se ha impuesto el Run for Fun que dicen los Drinking Runners


La semana anterior a la carrera, llegué a plantearme no hacerla. Empecé a sentir miedo de lesionarme o de hacer el ridículo andando demasiado en ella. Sí, sé que son comeduras de cabeza de corredor. Además el tiempo no acompañaba, estuvo diluviando cada día de esa semana menos el día que se celebró el 30. Fue increíble ese pequeño oasis.







Una mañana maravillosa nos esperaba en Lozoyuela, así es que cogí a mis hijos pequeños y salimos para allá. Una de las cosas geniales de este traile s que nos ponen guardería a las familias por lo que no tenía excusa.
Tome una decisión: correría todo el terreno llano y andaría las cuestas. Alguien puede preguntarse que entonces para que corro un trail, y sí, a mí también me hubiera gustado poder subirlas, pero en el fondo a mí lo que me atrae es la idea de correr en el campo, así es lo iba a hacer así.
Y bueno, fue genial: no tuve ningún problema en las piernas más allá de que a partir del kilómetro 10 empecé a no sentirlas, ja, ja.
Además me equivoqué un poco de camino y acabé haciendo 13,5 km. El desnivel no llego a 170 m que aunque sea poco, por ahora es mi récord.
El camino estaba bastante bien, aunque debido a las lluvias, nos encontramos con varios charcos insalvables por lo que aunque hice la novatada de quitarme las zapatillas en el primero, cuando me encontré con el segundo, ya directamente me metí en él.








Hice la carrera en una1:45 minutos y el km me salió a 7:50, de verdad que para mí está genial. No puedo estar más feliz y con ganas de seguir corriendo que de verdad es lo que más me importa.
Recogí a los peques y nos fuimos a comer la paella a la que nos invitaban. 




Ese brillo tras las carreras...





La post semana de la carrera ha sido fenomenal. He hecho elíptica en el gimnasio un par de veces y descansado el resto de días. No me quiero pedir más y así se lo transmito a mi entrenador que tiene que contenerse y no ponerme todo lo que él querría, ja, ja.



Quiero agradecer a la organización del Trail de Lozoyuela el tema de poner la guardería; ya sabeis que intento hacer campaña por todas partes y espero que cada vez más carreras se animen. Además a las niñas les encanta estar por allí con nosotros.

sábado, 5 de noviembre de 2016

sábado, 29 de octubre de 2016

Sanitas Telva Running: Maratón por relevos

El 15 de octubre vivimos una maravillosa mañana corriendo un maratón por relevos con un grupo de amigas.






Nos reunimos cinco mujeres, todas madres, y nos dividimos la distancia de 42, 200 km. Yo me pedí 10 km en plan tranquilo :)






Nos acompañaron nuestras familias y la verdad es que fue una maravilla pasar todos juntos la mañana. Además es que el tiempo fue espectacular, el polideportivo donde estábamos era una pasada y la Dehesa de Navalacarbones por donde corríamos está genial.

Lo pasé muy mal desde el km 5,6 por una rodilla. Yo creo que fue la condromalacia que ya me anunciaron los fisios el año pasado. La verdad es que seguí corriendo porque formaba parte de un grupo y me sentía comprometida con ellas, porque si no hubiera parado. Fue demasiado sufrimiento… Otra vez.


            


M hace mucha ilusión este pequeño video que grabó Rodrigo con mi llegada. A pesar del dolor... ¡seguía sonriendo!



                                 


Espero correr otra vez el año que viene esta estupenda carrera que sin ser ni mi mejor marca, ni nada especial con respecto a la carrera me ha dejado el mejor sabor de boca de todas la que he ido hasta ahora.


¡Gracias, Isa, estela, Nines Y Diana por correr conmigo!


viernes, 17 de junio de 2016

De cómo me curé una lesión de cintila iliotibial de 18 años

Hace tiempo que quería escribir está entrada, concretamente desde el mes de octubre, pero demasiados intentos infructuosos de curar mi tendinitis de cintilla iliotibial vividos a lo largo de 18 años, hicieron que prefiriera esperar hasta el final de la temporada para dar por cerrado este capítulo.

El 12 de junio tenía que haber corrido mi primer trail, pero 10 días antes, recibí un mail diciéndome que la habían trasladado al 7 de noviembre, así es que este debut tendrá que esperar.

Era tras esa carrera cuando yo quería haber compartido cómo ha sido el proceso de curación porque como os digo, han sido demasiadas las ocasiones en las que  he recibido tratamientos que aunque han sido hechos con la mejor voluntad y me han relajado la pierna, ninguno había llegado a la raíz del problema.

El pasado mes de septiembre empecé a entrenar con David Sáez y esa decisión ha marcado un antes y un después en mi proceso corriendo. Fue él el que me sugirió intentar la EPI para tratar mi fascia lata o cintila iliotibial.


Un poco de historia


Hace casi 20 años a finales de 1996 cuando todavía era bailarina, sufrí un accidente de tráfico en el que me destrocé una pierna. Como la mutua y la Seguridad Social querían que me pusiera trabajar cuanto antes, intenté muscular mi pierna mucho antes de lo que correspondía y a hacer cosas que no debía haber hecho. Yo intenté buscar a alguien que me orientara, pero no lo encontré y estando un día en la piscina, sentir un pellizco en la rodilla.
Durante varias semanas no podía ni subir, ni bajar escaleras... ¡no podía ni sentarme en el vater sin dolor! Cuando me encontraba con unas escaleras muy largas que hay junto al teleférico en Madrid, me echaba a temblar. Literal.
Unos meses después el dolor empezó a mitigarse y acabé llevando una vida normal hasta que unos años después decidí empezar a practicar senderismo y en subir y bajar montañas volvió a despertar la lesión, así es que tuve que empezar a utilizar palos para poder hacer las excursiones.
A lo largo de los años, fui probando con diferentes tipos de masajes y terapias, pero como os comentaba al final algo hacía que el dolor volviera.
En enero de 2014 empecé a correr de manera más o menos continuada y cuatro meses después la lesión volvió a despertarse. Fui controlando la durante unos meses hasta que empezó otra vez a ponerse peor, pero justo conocí a la vez y me sugirió que probara, así es que decidí dar una última oportunidad a la posible población de mi cintila.
¡Pensad que habían pasado 18 años!


Encuentro a Roberto Martín

Empiezo a buscar información en Internet y hablan de dos sitios. Algo de mí leer que me llevó a la clínica de Roberto Martín en Getafe.
Allí me propusieron además de hacerme EPI directamente en la cintila, añadir punción seca, rayos no recuerdo de qué tipo y una maquinita que me daba unos golpes que dolían muchísimo. De esta manera acelerábamos un poco la curación.
Una de las cosas buenas que tiene esta terapia es que no necesitas dejar de entrenar, solamente las 48 horas posteriores a hacerte la sesión y que por lo que había leído que la mayoría de las personas con unas cinco o seis sesiones estaban curadas.
Recuerdo cuando me preguntó que cuando me la había hecho y al contestarle que 18 años, el pobre soltó un taco. Claro, nunca había tratado una lesión de cintilla tan antigua. Imagino que era convertí un poco en un reto para él.





Con Roberto Martín y su pedazo de equipo


En las ecografías se veía que mi tendón era un auténtico churro. Lo que iba hacer era pinchar con una aguja y hacer unas descargas que obligaban al tendón a regenerarse. 
Me hice una sesión, dos, me hice la tercera sesión y ahí es cuando ya esperaba empezar a notar resultados, pero no sentía que pasara nada especial. Así es que hablaron Gonzalo, el fisio encargado de mi caso y él e introdujeron algunos cambios.
Y zassssss.... Empecé a notar la curación...
Una de las cosas que más me gusta de su manera de trabajar es el enfoque tan global que le dan, atacando desde varios frentes y si le dices que te duele en 1 cm concreto ellos van a buscar qué es lo que puede estar pasando ahí.
Para ir corriendo pero dándome menos caña, entrené dos o tres veces en su máquina Alter G. en ella puedes correr pero con menos gravedad con lo cual las articulaciones sufren mucho menos.
No recuerdo si al final me di 5 o 6 sesiones. Yo creo que fueron cinco y me citaron una sexta pero cuando hicieron la ecografía... ¡es que el tendón ya estaba genial! Así es que no hizo falta hacer la última sesión de EPI.


Aquí tenéis una foto con el antes y el después de mi cintilla iliotibial. Fijaos el churro de arriba y el precioso tendón de abajo







Me dieron el alta, con unos deberes en forma de ejercicios diarios para hacer durante mucho, mucho tiempo.

  • A los pocos días corrí un 10 K bajando mi tiempo, seguí entrenando y me decía, ahora me va salir la lesión, ahora me va a salir la lesión, pero no.
  • 3 meses después volví a hacer otro 10 K y ahí cumplir mi sueño de bajar de una hora. Otra vez esperaba a que en cualquier momento volviera a doler, pero nada de nada.
  • 3 meses después ya 6 después de acabar con ellos, corrí otro 10 K fenomenal y también sin dolores.

Y hasta hoy, nueve meses después. 


Declaro oficialmente superada mi lesión de cintilla iliotibial :)

Para mí, como para todos los que amamos correr, poder hacerlo sin dolor, es un sueño. Al menos este dolor, ja, ja que otros van apareciendo…

Quiero volver a dar las gracias a Roberto Martín y a Gonzalo por ayudarme a superar una lesión que me ha acompañado durante demasiado tiempo y que me ha coartado personal y deportivamente  en muchísimas ocasiones. 

Os lo recomiendo sin duda, ya os digo que esa manera de trabajar global no es fácil de encontrar para los deportistas que como nosotros, no somos profesionales.



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jueves, 12 de mayo de 2016

La carrera de la mujer 2016

Este domingo corrí mi segunda carrera de la mujer. Esta es mi crónica:






Hace 26 meses me animaron a hacerlo dos personas que curiosamente ya no corren. Nunca hubiera imaginado que yo iba a competir, de hecho es que ni me veía corriendo por la calle. ¡Y mírame 2 años después!







Los niños se quedaron con Dana, su antigua cuidadora que me echa un cable de vez y cuando y con ello, no sabe cuánto bien me hace y me fui para la zona de la carrera.

El día se presentaba tremendo. Ya antes de empezar la cosa estaba así:




La calle Princesa esta llena: eramos unas 32.000 mujeres y unos 50 hombres, ja, ja. Se habían colado ya que esta carrera es sólo para mujeres...

Me coloqué en el cajón de menos de 40 minutos porque animada por Rodrigo al que le comenté que no sabía que hacer, si ir a divertirme o salir a muerte y él decirme: Mamá ¡a muerte! iba a aprovechar que eran poco más de 6 km para hace marca personal.

Pero tras el disparo de salida, ayyyyy, había mujeres andando en el cajón de 30 minutos. Dificultaban a todas las que corríamos, la verdad es que no lo entiendo muy bien, en fin...

Fui bastante bien; pude con la cuesta de Gran Vía, con la de Alcalá, pero olvidé otra en Ferraz y esa me sentó muy mal. Además es que no sé porqué, pero las subo muy rápido. quizás me da miedo "que me pese el culo" y le doy caña, ja, ja.

Llovía y hacía frio. Me dolían mucho las manos, pero me la tomé en plan épico y a por ello. Cada vez  siento más que corro por los que no pueden correr y eso me motiva mucho.



Esta carrera se la dediqué a Carmen, un amiga y compañera que acaba de morir con 45 años
 por ELA.


Llegué a meta haciendo un tiempo de 5:53 por Km, mi mejor marca en carrera y sobre todo sin dolores (amo a Roberto Martín y a Gonzalo).



Fu una pena el mal tiempo ya que la postcarrera siempre es genial: bailamos a pesar de la lluvia, nos reímos, pero cuando salió OBK a cantar empezó el diluvio universal y ya me rendí: ¡había que retirarse!

Por cierto, homenaje especial a Doña Pepa, yo quiero este espíritu cuando sea mayor. Lee, lee:





Ya en casa aun poco más seca y calentita pude hacerme una foto: te juro que antes no sentía las manos.
Es alucinante cómo es mi sonrisa tras las carreras. Soy la Eva de pequeña que se reía y jugaba. Estas cosas que da el correr.









Edito unos días después porque acaba de llegarme el diploma con clasificación y tiempos y oye, no está tan mal para ser 32.000 mujeres quedar entre las 1500 primeras... :)









Próxima parada: ¡Mi primer trail! 12km en el trail de Lozoyuela 

sábado, 16 de abril de 2016

La carrera del Ensanche de Vallecas o cómo salí de mi 1ª crisis runner

El domingo 10 de abril corrí de nuevo un 10K. La carrera del ensanche de Vallecas, es una carrera no muy grande, organizada por la asociación de vecinos del barrio y en la que el año pasado no pude participar por estar lesionada. En ella te encuentras a tus vecinos, a gente que conoces de vista porque te l cruzas corriendo y eso es muy divertido. Es como ser de una tribu dentro del barrio.








Era mi 2º objetivo del año. la iba a preparar a tope, peeeeero...

Durante la anterior carrera, el trofeo Paris, sucedió algo que no comenté en el anterior post porque no pensé que fuera a tener consecuencias, pero me equivoqué y mucho.
Cuando estaba más o menos en el kilómetro siete y además empezaba a llover más fuerte, sentí una crisis mental, igual era el famoso muro pero a escala de un 10 K,  no lo sé. El caso es que como estaba haciendo un gran esfuerzo por mantener mi velocidad por debajo de seis minutos, de repente sentí que lo estaba pasando demasiado mal, me pregunté si de verdad merecía la pena simplemente por el placer de correr, tener que pasarlo también muy mal.
Pensé que yo no quiero sufrir tanto.

Pero bueno, parece que me equivoqué y ese pensamiento que duró unos segundos, dejó un gran poso en mí y me ha afectado durante los dos meses posteriores. Además tuve una infección muy fuerte en la boca y tuve que tomar antibiótico durante siete días por lo que el cuerpo se resintió mucho y unido a mi estado mental con respecto a correr, ha hecho que viva que mi primera crisis Brunner. Por lo que he leído es muy habitual que esto pase en algún momento.

Hace más o  menos 1 mes, le pedí a mi entrenador que bajáramos el ritmo: no quería seguir entrenando con la presión de seguir bajando mi marca personal por lo que he estado con un entrenamiento muy conservador y perfecto para como yo me sentía.

Así es que me acerqué a la carrera del ensanche sin saber que era lo que iba a pasar: decidí ir sin la idea de mantener la marca de sub 1, ni acercarme. Iba a correr como me sintiera, sobre todo quería celebrar que este año no estaba lesionada y podía correrla.

El día amaneció lluvioso y con viento y. Los organizadores de la carrera habían puesto a varios monitores para que cuidaran a los niños de los corredores que lo necesitáramos y allí dejé a Martín y Aitana. Desde aquí quiero agradecerles este apoyo tan necesario para muchos.

Troté un poquito para entrar en calor y me preparé en la línea de salida. Desde el principio fui bastante bien; estaba pendiente de si me dolía algo pero no surgían problemas. Me uní al grupo de 65 minutos, pero al poco tiempo bien que podía ir más rápido, así es que seguí al ritmo que me pedía el cuerpo.








Empezaron las cuestas arriba y abajo clásicas del ensanche de Vallecas, pero sinceramente, una vez que has corrido por el centro de Madrid y la Castellana con todas las cuestas que hay, estás preparado para estos desniveles sin problemas. 

La lluvia afortunadamente se contuvo durante todo el tiempo, aunque el viento nos frenaba. Me sentía bien contenta y fuerte; notaba que todo iba mucho mejor de lo esperado y cuando sentía que me iba a dar un bajón de cansancio, intentaba recordar lo agradecida que tenía que estar por haber superado mi lesión del año pasado, así es que corrí por mí y por todos aquellos que no pueden correr y quisieran.

Llegué a meta cansada y feliz. 








La media fue 6:05 por kilómetro, apenas 10 segundos más que el anterior carrera así es que lo daba por perfecto para mí.

En la semana posterior no he tenido ningún problema físico más allá de alguna ligera sobrecarga que se ha ido pasando con los días, pero sobre todo, sobre todo haber podido correr esta carrera sintiéndome tan bien y a esa velocidad, ha supuesto un chute de energía y confianza que estaba pidiendo a gritos.

Correr tiene estas cosas.


domingo, 10 de enero de 2016

Trofeo Páris: Reto conseguido

Ay, ¿por dónde empezar? Estas semanas me ha sido imposible encontrar el hueco dentro de mi mundo madre, trabajo y mujer-queriendo-asomar-la-cabecita-tras-mil-años-dedicada-a-tener-a-mis-tres-hijos-y-criarlos-un-poco.

Además sabía que hoy sí que sí iba a querer dejar constancia de la primera carrera del 2016:






Mi 3ª de 10 km y mi 4ª desde que en enero de 2013 decidí que correr no iba a ser algo que hacia cada cinco o seis años una temporadita, sino algo continuo en mi vida.
Estos tres meses he seguido los entrenamientos que David, mi entrenador, me ha ido mandando semanalmente.
No me he saltado ni uno y los he aprovechado  a tope aunque hemos tenido el handicap de que debido a las vacaciones de los niños, las tres últimas semanas, sólo he corrido dos días a la semana + 1 de gym en vez de los tres habituales + 1 de gym.
Pero era lo que había y gracias. 
Y bueno, ha dado resultado.

 

Mi reto

Tras volver a las rutinas después de la carrera de la Ciencia en Octubre y comprobar que seguía sin dolerme nada, me di cuenta de que cada vez podía ir más rápido en la series o incluso en las tiradas largas había subido mi media, así es que me envalentoné y le dije a david que ya sabía cuál era mi reto: conseguir bajar de 1 hora en al siguiente carrera. 
Él me dijo que lo veía factible, así es que enfocamos los planes de entrenamiento a lograrlo. 
Pasaban las semanas y todas las distancias y tiempos que me pedía, los lograba e incluso los mejoraba.
Si en algún momento dudé, él supo sacarme de ese charco y convencerme de que si que podría con ello.
Un cambio que he introducido en estos tres meses es estirar prácticamente todas las noches. Yo no suelo hacerlo tras acabar los entrenamientos porque me gusta hacerlos ya en frío y con tranquilidad. 
Además, cuando me dieron de alta en la clínica en la que me trataron la cinta iliotibial me dejaron de deberes para mucho tiempo, tres ejercicios diferentes que tengo que hacer todos o casi todos los días así es que con esa excusa, le he añadido los estiramientos diarios.
Es muy gracioso porque yo, que era bailarina, según pasan los años tengo la sensación de que cada vez soy más elástica ya que tras dejar de bailar, empecé a practicar yoga y Gyrotonic y de verdad que es sorprendente como se puede mantener en incluso mejorar.


Un plus para logralo (cómico)


Ayer, me llama mi hermano que es la persona que se va quedar con los niños durante la carrera y me dice que le ha salido una prueba para un trabajo y que tiene que estar a la 1:30 de la tarde. 
¡Y justo esta carrera es de las que empieza tarde! 
La hora de comienzo eran las 12:00 de la mañana y si todo iba bien yo acababa a la una, la hora exacta a la que se tenía que ir para no llegar agobiado.
Uf, eso me puso bastante nerviosa, pero intenté darle la vuelta y utilizarlo como un impulso más para lograr llegar en el tiempo que yo quería: menos de una hora.
Os podéis imaginar que lo que pensé es en todas las madres corredoras que intentamos llevar esta parte de nuestra vida adelante, la de cosas que tenemos que sortear en nuestro día a día para lograrlo.
Os recuerdo que yo además no tengo pareja con lo que os aseguro que esto es un encaje de bolillos.


El tiempo


Pintaba mal muy mal. ¿Qué esperamos de una carrera que se celebra el día de enero en Madrid? Pues claro que haga frío, que llueva, que haga viento…  Afortunadamente la temperatura ha sido muy buena unos 10°, pero ha llovido y ha hecho viento prácticamente desde las 10:00 de la mañana que hemos llegado para las carreras de los niños hasta la 1:30 que nos hemos ido de allí.



Aquí estoy momentos antes de que empezara a diluviar.






Los niños


Esta carrera era muy especial porque mis tres hijos y mi sobrino y van a poder estar allí, correr y además luego verme y animarme, cosa que es la primera vez que ocurre.
Los dos mayores de 11 y nueve años han corrido 1 km y los pequeños de cuatro años han corrido unos 100 m.
Han disfrutado muchísimo. Los mayores han corrido fenomenal y ha sido muy curioso lo que ha pasado con Rodrigo ya que cuando a entrar en meta a venido con una cara desencajada y me dicho: Nunca más voy a correr una carrera, por favor mamá, nunca más voy a correr una carrera.
Yo le he dicho que claro, que lo que él quisiera.
Cinco minutos después estaban hablando con su primo de la siguiente carrera que iban hacer...
¿Os suena?





Y los chupetines, como los han llamado allí, verlos correr con esa sonrisa de ilusión ha sido precioso






Media hora antes de empezar la carrera, yo ya me aislé un poco: quería trotar y hacer unas cuantas progresivas. Además es que me gusta tanto disfrutar de ese ambiente que se respira, esa energía, todo el mundo con una moto, ja, ja  ¡Es mi momento!

 

La carrera


Dado que el plan era bajar de una hora busqué desde el principio correr entre 5:55 y 6:00. El grupo hace que corras más rápido así es que sentía que podía lograrlo.

Mi hermano y los niños han estado moviéndose por el parque para ir animándome e incluso han corrido un ratito conmigo. ¡Ha sido genial y se lo agradezco tanto!

  • Los tres primeros kilómetros fue todo muy bien, podía mantener el reno y seguir según los planes.
  • Entre el kilómetro tres y el 5,5 la mente me jugó una mala pasada y me hizo preguntarme ¿qué hacía yo allí intentando correr a esa velocidad? ¿Por qué me metía en esos lios? Básicamente y con hubiera dicho mi abuela: ¿Qué necesidad hay?
  • Entre el kilómetro 5:30 y el 8:30, todo volvió a su cauce y a nivel carrera seguía yendo igual de bien y haciendo cada kilómetro por debajo de seis.
  • Y de repente, empieza a llover muchísimo y noto que entre el 8,5 y el 9, 5 ya casi no puedo con mi alma. Pero por otro lado queda poco y estoy preparada para hacerlo, he entrenado para ello. Sigo corriendo pero la cabeza empieza a decirme incluso que ande en vez de correr. 
  • 500 últimos metros, la recta final cuesta arriba sobre un camino de madera resbaladizo por la lluvia. Empiezo de nuevo a sentir que no puedo, que no puedo, tengo ganas de llorar, siento como desconsuelo, una cosa rarísima. Igual es algo tan sencillo como la tensión arterial o algo así afecta mucho al estado de ánimo, pero su traducción en mi mente es esa.

¡Conseguido!


Y entro logrando según mi cronómetro un tiempo de 00:59:16 (en el de ellos sale un poco más) y logrando así bajar mi marca en 3,5 minutos desde la última carrera y 10:30 desde la anterior (Carrera de los Bomberos)
Consigo recomponerme un poco y además no lloro. ¡Evita, lo has logrado!
Los niños, los cuatro están como locos, Rodrigo me dice que se siente orgulloso de mí, los pequeños me abrazan las piernas. 
Ya lo definitivo es que no me duele ninguna parte del cuerpo. Después de del infierno de lesiones vivido durante más de un año, esto sí que es un sueño, un regalo, un premio ¡la vida!









De la carrera que he hecho hoy, me queda la emoción de haberla vivido con los niños y haber logrado bajar de una hora. También me queda algo a trabajar y es la confianza, yo que siempre me he tenido por alguien que sabe aguantar bien el sufrimiento, dado que esto es elegido, me cuesta manejar lo. 
De hecho, cuando he estado hablando después con mi madre explicándole cómo ha sido el proceso durante la carrera ella misma me ha preguntado con una voz muy dulce: ¿pero entonces por qué corres?
Ay, eso os lo contaré en otro post.