jueves, 23 de julio de 2015

Hoy es el día

Tras meses dándole vueltas, por fin encontré un hueco entre el puzzle de mi día a día para abrir este blog que hace mi número no sé cuántos…

Mi nombre es Eva María Bernal y soy madre sin pareja de tres niños.
A ver, que lo de pareja espero que no sea definitivo, ja, ja. Sólo es que o m ponía ya o me quedaba sin tenerlos, así es que lo hice yo sola... con la ayuda de la ciencia.

Y de hecho de ahí viene mi profesión actual:
Soy asesora en Reproducción Asistida y fundadora de la web Creando una familia
También escribo en Consejos de mamá una página norteamericana.

Empecé a correr oficialmente en enero de 2014, pero recuerdo haberlo hecho desde la adolescencia de manera intermitente.

En realidad todo empezó cuando estando en el instituto con 15 o 16 años nos pidieron en las asignatura de gimnasia que diéramos varias vueltas al instituto para darnos la nota de uno de los trimestres.
Si dabas 5 vueltas te daban un suficiente, si dabas 6 un bien, si dabas 7 u 8 un notable y si lograbas hacer 9 o 10 un sobresaliente.
¡Esa era la mía!
Yo no había corrido en la vida así es que se me ocurrió que si levantaba del suelo ligeramente las piernas en plan trote cochinero en su máxima expresión, lograría llegar hasta las 10 vueltas.
¡Y lo logré! Al final incluso iba más rápido ya que el cuerpo me llevaba solo.

Me encantó esa sensación de que con un plan podría correr lo que quisiera.

Después de eso me dice bailarina y como allí ya me movía bastante no eché de menos la sensación de correr.
Cuando cambié a un trabajo más sedentario sí que tuve la sensación de que necesitaba literalmente "mover la carne". Creo que lo que el cuerpo me estaba pidiendo era IMPACTO, así es que ocasionalmente se lo daba.
Lo que hacía era lo que hoy en día se llama CACO, o sea, caminar-correr. Y a mi eso ya me hacía feliz.
Nunca pensé en hacer otra cosa.

Hasta que el año pasado en enero del 2015 decidí que necesitaba correr. Llevaba más de un año pasando muchísimas horas sentada tras crear mi página web y necesitaba tanto ese famoso intacto como moverme en otro ambiente ya que trabajaba desde casa.

Me apunté al gimnasio y estuve trotando en la cinta de correr durante cuatro meses hasta que llegó La carrera de la mujer.
Mi primera carrera. Toda una emoción. Todavía recuerdo la congoja que sentí cuando pasé por debajo de la línea de salida. Recordé lo que había conseguido 30 años antes y supe que podía terminarla.
Cuando ya estaba a punto de hacerlo, la fascia lata que tanto me había dolido hacía años debido a una mala recuperación tras romperme la pierna en un accidente de tráfico, volvió a decirme: hola ¿cómo estás?
Creí que no terminaba la carrera, porque cuando me da ese dolor se me acaba bloqueando la rodilla, pero afortunadamente pude llegar.
¿El tiempo? ejem, ejem. Uno 56 minutos.

Dos días después de la carrera fui a echar a correr detrás de uno de mis mellizos cuando los ligamentos de ambos tobillos se me bloquearon en la parte posterior, en la más cercana al tendón de Aquiles y ahí empezó una pesadilla de unos cuatro meses.

Masajes, ejercicios de recuperación, reposo. Se me complica con un poco de fascitis plantar.
Me hago un estudio de la pisada y me ponen plantillas. Debido a la pierna rota y a que la pelvis se quedó ligeramente girada tras el choque, tengo muchísimas compensaciones en el cuerpo y está más cargado de un lado que de otro con lo que las lesiones corriendo salen por doquier.

En septiembre ya recuperada me apunto a los grupos de entrenamiento de de The Running Company y durante varios meses disfruto de mis días de entrenamiento en el Retiro, más los que mi entrenador Alberto me manda de deberes. Ya no corro en el gimnasio, he superado mi pudor y cada vez más, correr me hace feliz.

Se va acercando mi segunda carrera, la carrera de los bomberos en marzo de este año y cuando queda menos de una semana, de nuevo el tendón de Aquiles hace su aparición y aunque puedo hacer la carrera, dos días después, estoy coja de nuevo.
¿Mi tiempo? ejem, ejem, 01:13 yo tampoco puedo quejarme, porque fueran 5 km cuesta arriba y 5 cuesta abajo con dolor en el tobillo.

Empiezo otra nueva tanda de masajes y reposo. El dolor ha sido de los peores que he pasado en mi vida y eso que cuando me fracturé tibia y peroné y con salida de hueso, nos podéis ni imaginar lo que fue aquello.

Al mes y medio aproximadamente pude empezar de nuevo con el CACO y así estamos a día de hoy.
Intentando controlar ni fascia lata y con ejercicios puestos por una de mis fisioterapeutas para intentar que la rodilla de la pierna que me estando tantos problemas, no se vaya para dentro.

Durante este mes de julio me he organizado para poder trabajar por las tardes y salir a correr tres días a la semana que es lo que suelo hacer. Ha sido mi primer verano corriendo ya que el anterior estaba lesionada, pero he tenido la suertecita de que me toquen varias olas de calor. Una de las tardes tuve que parar porque creí que me iba a dar una lipotimia. En fin... ya está pasando, menos mal!
Eso sí, salgo curtida, curtida.







Este próximo mes de agosto casi no voy a poder entrenar porque no me van a cuidar a los niños, pero en septiembre empiezo con un entrenador que me aorganizará los entrenos vía on line.

Si en mi segunda carrera el reto ya que eran 10 km fue terminarla, en mi tercera carrera que será el 18 de octubre, la carrera de la ciencia mi reto es simplemente, terminarla sin dolor y sin lesiones posteriores.


En el siguiente post que no se cuando podré escribir, os contaré un poco como intento encajar el running en mi vida familiar, laboral y personal.


Ay, ¡por fin! Queda inaugurado este blog

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